Donar se lleva en la sangre

Joaquín Vélez Bohórquez y su hijo Joaquín Vélez Navarro son donantes frecuentes al programa de apoyo financiero de la Universidad de los Andes 'Quiero Estudiar'.

Esta es la historia de un padre y un hijo, egresados ambos de la Universidad de los Andes, que llevan en su ADN el espíritu de la solidaridad.

Joaquín Vélez Bohórquez y su hijo Joaquín Vélez Navarro, los dos egresados de Los Andes, encontraron en la filantropía uno de los mejores caminos para aportarle a la transformación de Colombia. Ambos donan a los programas de la Universidad y han aprendido que sus actos de generosidad pueden cambiar muchas vidas. Esta es la historia del padre e hijo que llevan en su ADN el espíritu de la solidaridad.

El hijo
"Para mi padre es muy gratificante que yo haya decidido seguir con su legado".

Joaquín Vélez Navarro es un joven emprendedor y filántropo, egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes en 2010, que busca aportar su grano de arena en pro de una sociedad más equitativa y solidaria. Su historia podría pasar como una más entre aquellos que quieren un mejor país, pero él hace la diferencia al apoyar a jóvenes talentosos para que puedan acceder a una educación de calidad y para que sean ellos quienes impulsen la transformación social.

Su vida está muy ligada a la Universidad, no solo por haber hecho parte de la comunidad estudiantil de Los Andes, sino por su compromiso con las causas sociales, ese mismo que heredó de su padre, Joaquín Vélez Bohórquez, quien desde muy pequeño le inculcó la importancia de tenderles la mano a aquellos que lo necesitan. Para él, donar se lleva en la sangre.

“Una educación de calidad es el principal motor del desarrollo y una de las formas más eficaces para combatir la desigualdad social, uno de los problemas más graves que tiene Colombia. Es increíble ver lo que logran y hacen los beneficiarios de Quiero Estudiar una vez han terminado su carrera”, explica.

Para este abogado de 31 años, la solidaridad es un rasgo fundamental para la construcción de sociedad, de allí su deseo de aportar a la causa. Fue así como, luego de conocer a profundidad el programa Quiero Estudiar, se decidió a convertirse en donante, pues entendió que esos aportes son la base para el proceso de transformación que busca.

“Las donaciones que se hacen a los programas de filantropía de la Universidad de los Andes brindan la oportunidad a personas con necesidades económicas de tener acceso a una educación superior de la más alta calidad. Esto debería ocurrir de manera sostenible. Los estudiantes, una vez graduados, deben contribuir para que nuevas personas obtengan los mismos beneficios que ellos ya recibieron”, dice.

Además del convencimiento que tiene sobre las causas filantrópicas, Joaquín destaca el papel que jugó su padre como gestor de su sentido solidario. “Mi papá es una persona sumamente generosa y siempre ha tenido una gran preocupación por las diferencias sociales y la falta de oportunidades que hay en Colombia. Para él es muy gratificante que yo haya decidido seguir con su legado”.

El padre
"...Creo que el espíritu de las donaciones es importante, y eso lo ha entendido perfectamente la Universidad de los Andes, mi alma mater...".
 
Joaquín Vélez Bohórquez, egresado del programa de Ingeniería Industrial de la Universidad de los Andes en 1967, es consciente de la necesidad de aportar a la construcción de una mejor sociedad y encontró en la filantropía el mejor camino para alcanzar ese objetivo.

“A lo largo de esos inolvidables años de formación profesional en la Universidad de los Andes me fueron dadas muchas ayudas. Ese apoyo que recibí me permitió alcanzar mis propias metas”, cuenta, y recalca que “lo mínimo que se debe hacer es estar al otro lado dando también la mano”.

Fue así como inició la búsqueda de programas que impactaran de frente a los jóvenes y entendió que en la educación estaba la mejor herramienta. “La educación es el camino más indicado para darles el derecho de ser libres a los ciudadanos de un país y así lograr su desarrollo, progreso, respeto, armonía, dignidad y paz”, explica.

Consciente de que esa era la mejor ruta, se enteró de la existencia del programa Quiero Estudiar de su propia universidad, y desde entonces este ingeniero no ha dejado de aportar.

“Quiero ayudar a otros educandos a cruzar el mar para que lleguen a su propia orilla”, enfatiza.

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